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Carcassone es la ciudad ideal para los viajeros que aman descubrir rincones desconocidos. Esta ciudadela es espectacular. Cuando la vemos en directo, cuando la vivimos en primera persona, entendemos porque fue designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Cuando cualquier persona piensa en viajar en tren por Europa es imposible no valorar hacer una escapada o, aunque sea una parada, en esta pequeña ciudad de Francia. Las 52 torres y los casi tres kilómetros de doble muralla definitivamente nos hacen retroceder a la época medieval.

Tanto si viajamos solos, en familia o con amigos es más que recomendable este destino: recorrer la ciudad y conocer su historia es una auténtica experiencia. Más aún si decidimos hacerlo en tren para ahorrar tiempo, ganar en comodidad y evitar las desventajas de otros medios de transporte.

¿Pero por qué te recomendamos ir a Carcassonne? ¡Sigue leyendo, que te daremos poderosas razones!

¿Por qué visitar Carcassonne?

La visita al castillo

No todos los días se visita un castillo. Es un placer dar un paseo por un lugar que fue palacio, castillo y fortificación. Las calles empedradas, las calles estrechas, las plazas, los letreros… El ambiente que se respira es más que especial. Y si tenemos la suerte de recorrer las murallas con algún experto, es un plan inmejorable.

Las tiendecitas

La verdad es que uno de los puntos a favor es que, a pesar del gran número de las tiendas souvenir, Carcassone ha sabido dar importancia a los comercios que reivindican el producto local, como el foie, los vinos o los dulces artesanos. Está bien que la ciudad haya sabido explotar su vertiente turística en la justa medida. Un aspecto que no todas las ciudades han sabido gestionar.

La basílica de Saint Nazaire

No es necesario ser un entusiasta de la arquitectura o un gran creyente para entrar en un monumento repleto de historia, e incluso para quedarse boquiabierto al observarlo. En su interior destacan las vidrieras de un estilo similar a las que podemos encontrar en otras grandes catedrales francesas.

La gastronomía

La gastronomía también es una poderosa razón para visitar Carcassonne. Existen numerosos platos que son una delicia para cualquier paladar: el cassoulet (una especie de fabada), los estofados de caza o los caracoles a la Languedoc.

El Canal du Midi

Hay vida más allá de los muros. Existe cierto afán de desprestigiar el resto de la ciudad y es un gran error. El canal du Midi, con sus cruceros fluviales que parecen recién salidos de una postal, regala paseos por Carcassone entre árboles que seguro que alguno que otro aprovechará para crecer en seguidores en Instagram.

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