Los aliviaderos son mecanismos relativamente antiguos. Popularmente, conocidos como vertederos, se trata de sistemas a través de los cuales embalses y represas se deshacen del exceso de agua producido por las lluvias. Así la crecida repentina del río no causa inundaciones catastróficas en los terrenos más bajos.

Están diseñados para dejar fluir el líquido paulatinamente, controlando de este modo el enorme poder acumulado en una represa. Y posibilitando, asimismo, la devolución del fluido a la corriente principal sin que arrase con todo lo que consiga por delante.

A menor escala, ese es uno de los usos que reciben en las plantas de tratamiento de residuales. Si por alguna razón hay demasiado flujo, el sobrante se desvía temporalmente a canales laterales artificiales. Al terminar la situación de emergencia, son prontamente recuperados y procesados.

También existen aliviaderos como parte del sistema de limpieza, adentro de la planta misma. Con una tarea añadida de servir de filtro inicial de desechos sólidos, atrapándolos y permitiendo pasar solo el fluido. El desempeño se determina de acuerdo con el diseño, capturando partículas entre 3 y 6 milímetros, usualmente.

Por supuesto, las aguas así clarificadas no se consideran aptas para el consumo humano, sino que se utilizarán, por ejemplo, en ambientes industriales y agrícolas, autolavados, riego de parques y jardines o serán redirigidas simplemente a un río o mar, continuando el ciclo natural. Llevarlas a los hogares implica hacerles algo adicional.

Una planta potabilizadora debe valerse de múltiples barreras, cada una más fina y selectiva que la anterior, combinadas con los tratamientos apropiados que destruyan contaminantes específicos según la etapa del proceso. Empleando métodos físicos, químicos y biológicos se logra eliminar a los peligrosos patógenos.

El sistema mecánico de presas y los respectivos aliviaderos, se han venido utilizando desde los tiempos de la antigua Roma, con la intención de aumentar el nivel de las corrientes donde se ubicaban los molinos de trigo. O dando un paso a la zoología, las usan los castores para añadir una capa extra de seguridad a sus viviendas parcialmente sumergidas.

Al final, mientras la humanidad sigue empeñada en aprovechar con mayor eficiencia los recursos naturales, un aliviadero de buena calidad se asegurará de mantener la gente a salvo.

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